El hecho de que a cuanta menos formación en adultos y más fracaso escolar exista, repercute directa y negativamente en las oportunidades en el empleo es una realidad, en la medida en que una sociedad presente estos dos problemas, se tratará de una sociedad con más o menos dificultad para combatir con los problemas del paro.
En los últimos 5 años han entrado al mercado laboral de España aproximadamente unos 620.000 jóvenes sin estudios, y el crecimiento de los cursos de adultos es bastante leve.
Los datos mostrados corresponden con el Observatorio de inserción laboral de los jóvenes Bancaza. IVIE, un porcentaje escaso (alrededor del 9%) de las personas que se encuentran ocupadas comprendidas entre las edades de 25 a 64 realizan conjuntamente algún tipo de curso de formación no reglada ya sea online o a distancia a modo de seguir formándose en su puesto, y de las personas de la misma edad pero que se encuentran parados aumentan muy poco ese porcentaje (rozando el 10%), siendo uno de los objetivos de la Unión Europea aumentar la formación de adultos hasta el 12,5% para el presente año.
Las personas que se encuentran en situación de desempleo y que presentan una mayor formación cuentan con una mayor probabilidad de pasar al autoempleo y además presentar un nivel educativo mayor conlleva un incremento en el salario, según estudios recientes sobre el Capital Humano, la probabilidad aproximada de encontrar empleo para personas sin estudios es de un -12 puntos, y sin embargo para personas que cuentan con el título de ESO asciende a 6,5 puntos, y a 10 puntos para aquellos que poseen el título de Bachillerato.
En España, ha aumentado el abandono educativo a edades tempranas: el porcentaje de población de 18 a 24 años que no ha finalizado la Educación Secundaria de segunda etapa, ni tampoco ha seguido alguna formación complementaria posterior ha experimentado un crecimiento del 29,6% al 31,8% entre 1998 y 2008, al contrario de la media de la Europa de los Veintisiete donde la tasa descendió del 16,6% en 2003 al 14,9% en 2008.
Aproximadamente un alumno conlleva un gasto de 1.000 euros al año en la etapa de Secundaria, lo que supone un gasto de 750 millones de euros al existir más del 40% de alumnos que repiten una vez antes de la edad de 15 años, habiendo un total de 1.800.000 alumnos, y si a esto le sumamos los que repiten dos veces estaríamos hablando de cerca de los 1.000 de gastos para el gobierno.
Por otra parte también se le puede sumar a lo anterior que en el Bachillerato repite anualmente casi uno de cada cuatro de los alumnos, es decir otros 150 millones de euros más; en la Formación Profesional existen menos alumnos matriculados pero también menos alumnos que repiten, como conclusión obtenemos que el 30% de alumnos que no finaliza con éxito la ESO tiene un 10% menos de probabilidades de ser económicamente activo, un 5% más de probabilidades de no encontrar empleo y va a obtener un 15% menos de remuneración.
